En más de una ocasión, hemos hablado del peligro que puede ocasionar el hecho de tener como mascota un animal exótico o peligroso. Sin duda, no todo los animales son aptos para vivir como mascotas domésticas, sobre todo, si los amos no toman muchísimas preacuciones y se muestran muy responsables en todo momento.
Hace escasos días, en Saltillo, ciudad de norte de México, una tigresa de bengala sembró el pánico tras escaparse de su casa. La tigresa llamada Débora salió de su jaula, situada en el despacho de su dueño, cuando unos ladrones entraron a robar allí.
La mascota (una tigresa de siete meses y 50 kilos de peso) paseó por las calles de Saltillo sin rumbo hasta que varios ciudadanos asustados comunicaron con la polícia y los bomberos para advertiles que habían visto a un tigre deambulando por las calles de la localidad.
La noticia llegó hasta la televisión. Entonces, el dueño de Débora vió la noticia por televisión. Si bien no tomó en serio esta información, por si acaso se dirigió hacia su local y, de forma inesperada, vio que las puertas del mismo y de la jaula estaban abiertas y que su tigresa había desaparecido.
El empresario informó a la policía del hecho y les dijo que las puertas estaban sincronizadas con lo que al abrir la puerta del local, la tigresa quedó libre y se escapó. Ni tan siquiera asustó a los ladrones que robaron varios productos.
Tras buscarla por varias calles, la policía y el dueño encontraron a Débora atrapada en un arbusto. Entonces, el dueño la cogió y se la llevó a su local. Afortunadamente, la tigresa era pacífica y no causó ningún daño.
En esta ocasión, la aventura tuvo un final feliz, pero no siempre resulta así. Por lo tanto, recomendamos pensarlo mucho antes de adquirir un animal peligroso como mascota. Además, una vez adquirido, las medidas de vigilancia y cuidado deben ser extremas. Que se escape un tigre no es juego.
