Cuando hablamos de parásitos que afectan a nuestra mascota, nos estamos refiriendo a insectos, garrapatas, pulgas, pequeños ácaros, pero también tenemos que acordarnos de los que se pueden encontrar en el interior de nuestros perritos o gatitos, como tenias y gusanos.
Generalmente los externos suelen aparecer por falta de desparasitación y control en nuestra mascota, algo que debemos vigilar con frecuencia, sobre todo tenemos que tener mayor precaución en verano. Aunque también es cierto que, aun tomando medidas de control, es posible que estos pequeños parásitos colonicen nuestro animal.
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Parásitos Internos
Los parásitos internos se encuentra dentro del cuerpo de los gatos y los perros y si bien pueden tener otras localizaciones, sobre todo se hallan dentro de los intestinos. Estos animales pueden estar parasitados sin que se note por lo que se vital cumplir el calendaro de desparasitaciones. Al igual que existen en el mercado una gran variedad de antiparasitarios internos para perros y gatos
Estos parásitos pueden llegar a ser transmitidos a lo seres humanos al ingerir accidentalmente huevos o larvas que se eliminan en las heces y causar graves consecuencias en la salud de las personas. Dentro de los parásitos más comunes sobresalen las tenias y los gusanos redondos.
Síntomas que nos pueden dar pistas de que nuestro perro o gato tiene algún parásito interno:
- Diarreas frecuentes, incluso acompañadas de sangre.
- Vómitos.
- Decaimiento del ánimo.
- Toses constantes y raras.
- Apetito excesivamente voraz.
- Lamerse el ano con mucha frecuencia.
- Pérdidas de peso anormales.
Parásitos externos
El paseo diario de tu perro además de ser placentero para él, porque sale de casa, hace sus necesidades, puede jugar con otros animales u objetos …, también representa la exposición a ciertos peligros en forma de animalitos que quieren colonizarles. Los parásitos externos más comunes que podemos encontranos en parques, jardínes, campo, bosques y calles son: pulgas, garrapatas, piojos, chinches, ácaros, mosquitos y moscas …
El pelaje de nuestro can o gato es el lugar preferido de estos diminutos parásitos que, entre otras cosas, se alimentaran de su sangre. Pueden por tanto producir enfermedades que es importante tratar como es oportuno.
Un signo que puede ser evidente de que nuestro perro o gatito tiene alguno de estos parásitos es el rascado constante y brusco. Ante ello revisaremos detenidamente para intentar encontrar el origen del problema y aún así es aconsejable una visita al veterinario.
Los parásitos en gatitos y cachorros
Los cachorros y los gatitos se pueden contagiar antes de nacer vía transplacentaria y también durante la lactancia vía mamaria. Por ello hay que desparasitar a la madre gestante y a las crías a las 4 semanas de su nacimiento y seguir haciéndolo a las 6, 8 y 12 semanas. En los perros y gatos ya adultos se debe realizar de dos a cuatro veces al año para evitar la aparición de los parásitos.
La prevención de parásitos en humanos
Existen varias medidas de prevención para que los parásitos no causen problemas en los seres humanos. Son medidas muy básicas y sencillas que podemos introducir fácilmente en nuestra rutina del día a día. Os dejamos algunas de ellas:
- Hay que lavarse las manos después de jugar con nuestro gato o perro, limpiar la caja de arena o recoger sus excrementos.
- No se debe dar a nuestras mascotas carnes crudas para comer. Estas carnes tienen parásitos en forma de quistes microscópicos.
- Se tiene que mantener siempre el calendario de desparasitaciones.
- No se recomienda dar besos en la boca a nuestras mascotas.
- Se debe acabar y controlar los parásitos externos que pueda tener nuestro animal de compañía (como pulgas, piojos y garrapatas), utilizando para ello pipetas, collares antiparasitarios o espray.
- Hay que recoger las excrementos de nuestro perro y gato cuando salen de paseo. No se debe dejarlas por la calle, en parques ni jardines. Este hecho causa muchos problemas.