Los dueños de gatos saben que sus mascotas reconocen sus voces. Entonces, ¿por qué en ocasiones los gatos no obedecen ni hacen caso a sus amos?
Para contestar a esta pregunta, los investigadores Atsuko Saito y Kazutaka Shinozuka de la Universidad de Tokio (Japón) decidieron analizar el comportamiento de 20 gatos.
En una de las pruebas, a cada gato se le dio un nombre, si bien ellos no mostraron apenas interés cuando se les nombraba. Además, estos cientifícos comprobaron que los felinos distinguen las voces de sus amos, pero no lograron desentrañar el motivo de su indiferencia.
En primer lugar, el gato todavía no ha sido domesticado completamente. Así, existe notables semejanzas entre el ADN de los gatos y los felinos salvajes. Por ello, continúan manteniendo su capacidad para cazar y su actitud alerta en todo momento.
Además, los gatos son autosuficientes e independientes. Aunque se hayan adaptado a vivir con los seres humansos, continúan siguen siendo capaces de satisfacer sus necesidades sin necesita tanto a sus deuños como los perros. Ello les hace tener la fama de interesados y listos.
Los antepasados de los gatos eran carnívoros y, en su mayor parte, solitarios. Se alimentaban cazando a animales. El proceso de domesticación del gato arrancó hace más de 9.000 años, a diferencia de los perros, que se dió hace unos 15.00 años.
Se suele decir que el amor de los gatos se susurra al oído. Hay que entender el lenguaje corporal del felino para conocer exactamente su estado de ánimo. Por ejemplo, el ronroneo es una muestra total de afecto y amor a su dueño.
Por último, hay que citar la mítica sentencia del gran político británico Winston Churchill : “Los perros nos ven como sus dioses, los caballos como a sus iguales, pero los gatos nos miran como si fuéramos sus súbditos”.