Quien tiene un gato conoce los numerosos beneficios que produce. Al igual que quien no posee un gato no sabe tan bien lo beneficioso que puede llegar a suponer si se comparta el día a día con este singular felino. Eso sí, los gatos han tenido y tienen una serie de detractores. Pero si leyerán este artículo, y más si tuvieran un gato, cambiarían de opinión con casi total seguridad.
Antes de nada hay que acabar con un error muy común. No hay que comparar a los gatos con los perros. Son dos razas diferentes que se comportan de distinta manera, pese a ser ambas una magnfícas mascotas. No hay una peor o mejor, sino que son diferentes, cada una de ella tiens sus peculiaridades.
Mucha gente que no tiene un gato en su casa piensan que normalmente son animales distantes y antisociales. Pero nada más lejos de la realidad. Quien convive con un gato habrá comprobado lo cariñoso que puede llegar a ser un felino con sus cabezazos y besos junto a su pasión por quedarse dormido junto a su amo. Es una sensación única. El gato ama a su dueño y le demuestra ese amor cada día.
Asimismo, un gato puede ser de gran ayuda para superar una pérdida con mayor rapidez, al conseguir que los seres humanos tengan menos síntomas de dolor y ganas de llorar. Incluso hablar con un gato para resolver un problema puede ser una buena terapia, pues resulta más sencillo hablar sin sentirse juzgado. En definitiva, los gatos son animales con un tremendo poder antidepresivo en los momentos complicados de una vida.
También un minimo puede servir para combatir la ansiedad y reducir el estrés. El simple gesto de acariciarle y escuchar su bonito ronroneo tiene efectos relajantes altamente beneficiosos. Así, los gatos se usan como parte de las terapias para personas autistas, toda vez que su calma y tranquilidad les ayuda a enfocar su atención con mucho mayor éxito.
Cuando un gato ronronea, produce vibraciones que oscilan entre los 40 y 120 Hz. Se ha comprobado frecuencia es medicamente terapéutica para una amplia variedad de dolencias. de este modo, ayuda a regular la presión sanguínea, a prevenir todo tipo de ataques cardiovasculares y a curar las enfermedades relacionadas con los huesos, así como las lesiones musculares y de ligamentos, las infecciones e inflamaciones.
Encima, si un gato convive con niños, se reducirá la posibilidad de desarrollar alergias en los más pequeños pues el gato estimula su inmunidad. Además, este felino puede ayudar a prevenir enfermedades respiratorias como el asma.
Por último, recientes investigaciones han venido a demostrar que el dueño de un gato mejora su sistema inmunológico y reduce su colesterol y su nivel de triglicéridos. Y todo ello solo por tener un gatito en nuestra casa.
Sinceramente, a mi no me gustan los gatos, pero hace poco más de seis meses llegó una gatita a mi puerta pidiendo comida, y desde entonces vive con nosotros. Le pusimos Candy y la verdad es que día a día se ha ganado mi cariño, la queremos mucho y ya es parte de la familia.
¡Gracias por tu comentario Rodrigo!
Esas pequeñas mascotas se dejan querer y ganan rápidamente nuestro corazón (queramos o no animales en casa). ¡Bienvenida Candy a la familia!