Muchos piensan que tener un pájaro como mascota no es gran cosa y, bueno, en cierto modo podríamos decir eso, que es verdad que no es gran cosa, que uno puede tener otras mascotas que sean más cariñosas y que demuestren su cariño. Pero también podemos decir que eso depende mucho de la forma en que se haya adquirido el pájaro y de qué pájaro sea.
Un pájaro que se compra adulto por supuesto que estará acostumbrado a su jaula y no hará nada más que cantar, comer y dormir, están destinados a eso. Pero si el pájaro que adquirimos es uno pequeño, bien porque nos lo han regalado, porque lo hemos cogido de un nido o por otro motivo, y somos lo suficientemente hábiles para mantenerlo con vida hasta que aprende a comer por sí solo, entonces lo más seguro es que ese pájaro acabe domesticado y seamos capaces de tenerlo fuera de la jaula sin que le suponga un trauma o un intento de fuga.
En estos casos los agapornis son los mejores ejemplos. Agapornis puedes encontrar tanto en tiendas (ya adultos) como papilleros, que son agapornis que se sacan del nido con 20-25 días para empapillar (para darle tú la comida). El contacto con los adultos hace que los pájaros no nos teman y nos convertimos en sus madres con lo que podemos cogerlos, acariciarles e incluso enseñarles trucos ya que son unos pájaros muy inteligentes.
Por supuesto, criar un pájaro así no es fácil y requiere de mucha dedicación, pero es bonito cuando abres la jaula y, estés donde estés, los pájaros te siguen porque, para ellos, eres alguien muy especial.
Esto es verdad, te siguen donde vayas? me ha gustado la noticia