A la orilla del mar de Maccaresa, una preciosa localidad ubicada a escasa distancia kilóme de Roma, la capital de Italia, la primera playa para perros, «Baubeach», lleva 15 años ofreciendo arena y sol así como sombrillas y veterinario para los canes
Italia cuenta con más de seis millones de perros oficialmente registrados en el Ministerio de Salud, sobre 60 millones de habitantes. Sin embargo, existen muy pocas playas a las que se puede acceder con un perro en el país transalpino.

Organizada a pocos metros de la playa privada de la policía italiana, en un arenal de alredecor de 7.000 metros cuadrados, cerca de 100 perros pueden gozar de una playa por y para ellos. Todo un lujo.
Para acceder a esta playa, los propietarios de perros tienen que cumplir una serie de normas para que sus mascotas puedan socializa con total libertad y seguridad. Además de una inscripción anual de 13 euros y una entrada por día de 4 euros para los más grandes, los organizadores ofrecen actividades, cursos y fiestas para los perros en esta playa italiana.
No hay discriminación de raza. Los únicos que no pueden acceder a playa son las perras en celo, los cachorros sin estar vacunados y los que no han sido registrdos. Esta playa se fundó en 1998, siendo la primera playa italiana para perros.
Por otro lado, una especie de «catador» de mascotas, una suerte de experto en fijar el carácter dócil del perro, decide a la entrada , si se trata de un animal problemático o no. Una vez autorizado a pasar asignan al perro su sombrilla y si fuera necesario tedría la asistencia de un veterinario.
Divididos por tamaños, los perros pueden jugar con palos, olas, en tanto que las razas nadadores, como el terranova y los golden retriever, pueden nadar en ese bello rincón del Mediterráneo.
Para garantizar la higiene, una de las mayores críticas de los que no tienen perro, se usan productos naturales. Un grupo personas se encarga de desinfectar de forma continua la arena, sobre todo donde han hecho sus necesidades.
Por último, en esa playa hay recipientes para el agua, bolsas para recoger los excrementos y si se desea, crema contra las quemaduras en las delicadas almohadillas.