La obesidad no es tan sólo un problema que tenemos los seres humanos, sino que es un problema que afecta también a los perros. Muchos dueños no cuidan la alimentación que ofrece a su perro, no tanto por la marca sino que no se fijan en las cantidades adecuadas para la edad del perro.
Pensar que un mismo pienso es adecuado para un cachorro y para un perro adulto, es un completo error, debido a que el perro pasa por diferentes etapas en la vida y en cada una de ellas necesita una cantidad de nutrientes, algo en lo que tenemos que fijarnos. Es muy importante tener en cuenta que un primer factor de riesgo es no dar a nuestro perro la cantidad de comida diaria, algo que por desgracia es muy común.
Otro importante factor es alimentar a nuestro perro con restos de nuestra comida, algo que muchos hacen y que no deberían hacer, sobre todo porque es perjudicial a largo plazo y además se acostumbran a que puedan conseguir algo de comida mientras estamos comiendo.
Otro de los factores importantes es la actividad del perro, porque normalmente los perros sedentarios y que no hacen apenas ejercicio, suelen tener un mayor riesgo de padecer obesidad a lo largo de su vida. En este caso es importante sacar a pasear a nuestro perro durante un rato, para que pueda hacer ejercicio, además de jugar, que viene muy bien para gastar las calorías sobrantes.