El gato de Bengala o gato leopardo es un felino asiático cuya área de distribución se extiende de Pakistán a Filipinas y de Sumatra hasta Mongolia. Las hembras llegan a tener entre 2 y 4 cachorros por camada; además, el padre ayuda en ocasiones en la cría de los cachorros. Estos gatos suelen vivir entre 13-15 años.
Estos felinos miden alrededor unos 60 centímetros de longitud, si bien algunos ejemplares pueden llegar a medir hasta un metro; además la cola mide unos 45 cm. Su peso varía entre los 3 y 8 kilogramos.
Se trata de un gato con una cabeza más larga que ancha, amplia y fuerte y con hocico alargado. Sus orejas son triangulares, se encuentran muy bien separadas y son algo redondeadas. Asismismo, sus ojos son de tamaño mediano, ovalados y amarillos. El cuerpo es fuerte, poderoso y equilibrado.
Por otra parte, la cola es puntiaguda, con anillos negros cerca de la punta. La larga cadena de manchas en la cola ya sea en líneas hacia arriba o en líneas horizontales, dan a la cola del bengala un porte de distinción; son una seña de identidad.
Además, sobresale su pelaje, con grandes manchas que recuerdan a los felinos salvajes. El pelaje es grueso, corto y suave. El color del manto es de la familia de los marrones negros, además del mink y el cobrizo.
En relación al comportamiento del gato de raza bengala, suelen ser felinos muy activos y afectuosos, si bien independientes. Asimismo, son juguetones (les encantan las pelotas) y curiosos con vocalizaciones que recuerdan a su antecesor salvaje. Se suelen adaptar a las casas, pero requieren un espacio amplio como un jardín o como poco una terraza o un patio.
Por último, este gato requiere muy pocos cuidados, solamente un enérgico cepillado de vez en cuando para sacudirlo. Se trata de un gato extraño pues le gusta el agua. Por ello, recomiendo dejarle un recipiente grande con agua fresca y limpia para que se remoje.