Un proyecto de la BBC, cadena pública británica, y el Colegio Real de Veterinarios de Reino Unido ha llevado a cabo una completa investigación de cómo los gatos ven, huelen y sienten el mundo a su alrededor y cómo su conducta está cambiando para adaptarse a las condiciones de la vida urbana de comienzo del siglo XXI.
Según los datos de este estudio, actualmente los gatos comparten su territorio por tiempos con otros gatos, cazan menos presas y están aprendiendo a comunicarse entre sí y con los seres humanos.
1º. Mirada gatuna
Los gatos ven los colores con menos intensidad. Merced a eso, pueden concentrarse en el movimiento sin que nada los distraiga. Encima, sus ojos son bastante grandes para el tamaño de su cuerpo, lo cual les permite ver con escasa luz. No obstante, no pueden hacer foco en algo que se encuentre a menos de 30 centímetros de distancia. Además, para detectar objetos que están cerca de su cuerpo, el gato usa sus bigotes.
2º. Agilidad
Tienen una gran agilidad que les permite dar volteretas en el aire y caer de pie. Pueden llegar a escalar paredes verticales, saltar muros y, si fracasan en el intento, saben aterrizar con sus pies.
Por otro lado, su singular postura agazapada le permite moverse sigilosa y silenciosamente, así como absorber el impacto cuando cae desde cierta altura. Encima, sus patas traseras le ayudan a impulsarse hacia arriba y hacia adelante a gran velocidad. Agil, rápido y silencioso.
3º. Oído
Sus orejas enormes pueden rotar independientemente la una de la otra, con una capacidad de giro de hasta 180º. También cuentan con un número grande de neuronas entre el oído y el cerebro, que les permite descifrar información de forma rápida.
Por otra parte, su oído interno tiene una forma levemente diferente a la del ser humano. Merce a esto, un gato puede oír rango más amplio de sonidos que muchos otros mamíferos. Incluso pueden detectar criaturas pequeñas que se comunican a través de chillidos ultrasónicos.
4º. Olfato
El sentido del olfato del gato es al menos 100 veces mejor que el del ser humano. Puede llegar a diferenciar entre miles de olores. La nariz de los gaatos tiene pequeños huesos cubiertos por cientos de millones de receptores que recogen a gran rapidez toda la información olfativa y la llevan a una zona del cerebro altamente desarrollada para su procesamiento.


