Ser partícipe de un acontecimiento tan especial como es el nacimiento de una nueva vida es algo que todos deberíamos ver al menos una vez en la vida. No es ya el sufrimiento que se tiene al pasar por eso sino los sentimientos que uno alberga al ver que aparece una pequeña vida que lucha por vivir y por dar la bienvenida al mundo.
Los que tienen perros y han tenido alguna vez crías sabrán que los pequeños son al principio preciosidades que has de tratar con muchísimo cuidado ya que apenas se mueven y tienen los ojos cerrados por lo que se guían por sus instintos. Ver el nacimiento de estos pequeños es una alegría para los dueños porque puedes ver cómo el pequeño avanza, al principio guiado por su madre, y después siendo algo más independiente.
Por supuesto, el nacimiento no suele ser rápido, normalmente 24 horas antes las perras suelen prepararse para dar a luz buscando un lugar que consideran adecuado para, después, ponerse de parto. En esas horas de espera conviene vigilar siempre a la perra para que no le pase nada malo y pueda llevar el parto hasta el final (hay perras que no lo consiguen).
En cuanto a los cachorros, a veces hay que ayudarles a los animales a romper las bolsas y a hacer que respiren pero, por lo demás, las perras se encargan de sus hijos sin mucho problema (salvo que tengan demasiados cachorros y no puedan atender a todos ellos mientras da a luz a otro).