Entre las mascotas más populares están los perros y los gatos, si bien cada una es diferente a la hora de recibir cariño. Un gato es algo especial en el tema de las caricias, en el sentido que si no le gusta, te lo indicará con un leve arañazo o saliendo corriendo.
Normalmente las personas que siempre tuvieron gatos en su hogar, saben como tratarlos. Pero si uno tiene un gato por primera vez y de repente te suelta un arañazo o leve mordisco mientras se la acaricia, posiblemente es por no saber lo que los gatos desean y lo que detestan.
Para ayudar con este tema, un grupo de investigadores de la Universidad de Lincoln (Reino Unido) dio a conocer un completo estudio a finales del 2014 en el Applied Animal Behaviour Science, en donde explicaron lo que se debe saber sobre las caricias y los mimos a los gatos.
En primer lugar, hay que dejar claro que la cola es el peor sitio para acariciar a un gato. Según los científicos se trata de una especie de zona erógena gatuna, por lo que no son nada bienvenidos los mimos allí. Tampoco les suele gustas que se les masajae su vientre (al contrario de los perros) pues es el área en donde se halla todos sus órganos vitales, ello hace que reaccionen como si un depredador los estuviera atacando.
Lo que si se debe acariciar, en el orden que se quiera, es lo siguiente: la base de la barbilla, la base de las orejas y las mejillas, justo detrás de los bigotes. Cuando lo hagas, verás que tu gato parece que dijera: “¡no pares, me gusta!”. Y lo suelen acompoñar con sus singulares ronroneos.
No obstante todos estos datos no vienen decir que tu gato no disfrute de un masaje en la panza o que le fascinen siempre las caricias en las mejillas. Al final, cada gato es un mundo y nadie mejor que el dueño para saber lo que le gusta más o menos a su pequeño felino. Pero una ayuda nunca viene más.